Para combatir a los nazis se necesitó mucho más que patriotismo, pero cuando el secreto de su avanzada tecnología resultó no ser de este mundo, se necesitó al Capitán América. Steve Rogers, la desesperada arma secreta de los Aliados, demuestra ser mucho más que sólo un súper soldado y se convierte en el motor detrás de un equipo de héroes extraordinarios que deben trabajar unidos para salvar al mundo una vez más en “Ultimate Avengers (2006)”.
Esta impresionante película animada en dos partes es impecable desde el punto de vista técnico, siendo muy superiores a las producciones que años más tarde harían DC Comics y Warner Animation, mis referentes de alta calidad hasta el momento (restringiéndonos a versiones animadas de cómics, porque los animé japoneses siguen estando años luz por delante). Indudablemente la decisión de animar las secuencias a mano (en contravía de la tendencia a animar por computador) y la de hacer un buen casting para las voces en lugar de recurrir a celebridades le dan más carácter a los personajes y a sus acciones.
Otra cosa bien interesante es que Thor y Ironman lucen ligeramente diferentes a como estamos acostumbrados a verlos, pero la estética está tan bien manejada que pasa a un segundo plano ante la historia de cómo unos personajes tan profundamente alérgicos a trabajar en equipo acaban uniendo fuerzas con el Capitán América y su comandante, el General Fury.
Excelente animación, un encartadorsísimo Hulk que daña hasta un balín (con razón nadie quiere trabajar con el doctor Bruce Banner) y una interesante historia que muestra que más que los súper poderes, la fortaleza de los héroes radica en conocerse a ellos mismos.