lunes, 23 de julio de 2007

Por qué tus pretendientes se pierden del mapa

Una de las fantasías que he escuchado en varias mujeres es tener admiradores. No es que quieran tener varios mancitos al mismo tiempo (a diferencia de la mayoría de nosotros que en secreto soñamos con tirar con todas las que nos gustan), sino que se regodean en la fantasía secreta de saber que hay alguien ahí que las hace sentir bonitas, deseadas, apreciadas.
          Las que tienen pareja hacen el mejor negocio, porque tienen la excusa perfecta para no tener que corresponder a los admiradores (“ Tan bobito, ¿no ves que ya tengo novio? ”), siempre y cuando los indirectazos y las atenciones sean lo suficientemente ambiguos como para no justificar los celos del novio. Por su parte, las que no tienen novio tienen que ingeniárselas para mantener a raya a los tipos que no le interesan, pero sin ser lo suficientemente cortantes como para que le quede claro que no tiene oportunidad.
          Pero un día, ese mancito que le dedicaba diez minutos de celular ya no llamó más. Las entradas a su blog con indirectazos sobre su relación con ella dejan de aparecer. Los correos electrónicos con invitaciones y la chocolatina sorpresa sobre el escritorio de ella no vuelven a llegar. Y lo más preocupante de todo: nunca más lo volvió a ver conectado en el Messenger. Acostumbrada a que cuando necesitaba a su admirador o quería saber de la vida de él sólo debía esperar a que éste se comunicara, queda desconcertada ante esa actitud tan descortés e injustificada.
          "¿Pero qué pasó? ”. Una de dos: el tipo encontró a otra que sí le paró bolas o se cansó de desgastarse emocionalmente en una relación de una sola dirección. Aunque ella sinceramente viera a su admirador como nada más que un amigo, debería sospechar que la mayoría de nosotros creció viendo películas donde la perseverancia es recompensada. Y nos tragamos el cuento a pesar de que es celebrado en el cine por su rareza y no porque sean el caso más común.
          A pesar de esto, la respuesta a la pregunta de por qué los pretendientes se esfuman cuando la hembrita que los desvela no les para bolas, no pudo haber sido mejor expresada que en una película. En Love actually , Mark le dice a su amada, casada con su mejor amigo, que debía alejarse de ella porque “ it's a self-preservation thing ”. Efectivamente, no se trata de odio o descortesía, sino de buscar la propia supervivencia.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Mi querido Andrés,

Es cierto que a nosotras las mujeres nos encanta tener un mansito que por ahí de vez en cuando le caliente a uno la oreja, no pase nada pero uno crea (y el tambien lo crea), que algún día pueda pasar. Ocurre por una razón como tú loseñalas, de supervivencia que al final, es una cuestión de autoestima, mejor dicho, lo que estoy diciendo es que para sobrevivir se necesita que otro (preferiblemente del otro género) contribuya y alimente la imagen, la estima, la identidad o como le queramos llamar.

Algunos rebotaran pensando en que es uno mismo quien alimenta su propia autoestima, si es cierto pero se necesita de una factor externo, agente del medio ambiente, variable del entorno que despierte y alimente esta condición.

El punto es que duele que ustedes desaparezcan no por ustedes, sino por nosotras, no tendremos esa incondicional palabra recuperadora que alienta el despecho que dejan a los que si paramos bolas...

Anónimo dijo...

La situación descrita no sólo es totalmente cierta y muy común, sinó que es bien conocida dentro de los círculos masculinos, y hay historias, cuentos (muy buenos) y hasta chistes al respecto.
Algo que poco se sabe es que pasa realmente en la cabeza de ellas cuando el que estaba calentando banca (ó reservista o como quiera llamársele) desiste y se esfuma. Al menos yo no lo sé muy bien, y pensándolo bien tampoco me interesa.
Pregunta: Llevo ya mucho rato con el "pendiente" de ver Love actually, y dado el post pregunto si es que la están pasando en algún canal por éstos días

César López dijo...

Es mejor entender desde el principio que el amor tiene tiempo y lugar, si no se cumple con éstas dos condiciones necesarias no pasa nada y esperar para que ello ocurra me parece un mal negocio. El amor llega depronto, no creo en las relaciones de perseverancia de nuestros padres.

Tener novia o no, no es es un medidor de éxito en el amor.

Anónimo dijo...

Segunda vez que paso por aquí pero no sé qué decir.

Anónimo dijo...

falta la típica del mansito que aparece después con un reclamo postfechado por la insistencia en vano de Años (lèase años) atrás. Y la retahíla de la hembrita con su "pero si en Ésa época yo te aclaré las vainas desde un principio.."

ay ay..

MAREÑA dijo...

Césaaaar López qué es esto?
"El amor llega depronto, no creo en las relaciones de perseverancia de nuestros padres?" aquí se juegan muchas cosas, muchas fichas como en el ajedrez que sin darte cuenta te pueden dar JAQUE MATE con gusto pasa un día de estos y aclaramos tu frase

Cindy Muñoz dijo...

Algo deacuerdo con silvia, las mujeres necesitan sentir una seguridad externa pero sincomprometerse alguien para compartir que quizas va mas alla de coger a diferencia del hombre...

el conflicto es cuando ambos intereses no coindiden...

Anónimo dijo...

que buen articulo.... corto y con los argumentos necesarios. da gusto leerlo... ahh y no es quejumbroso!!

Anónimo dijo...

Es muy cieto lo que dices, nos gusta senetirnos admiradas y deseadas, pero, con prudente distancia.Unos van... otros vienen. Mejor que se cansen y no sean tan insistentes. A veces la amistad es considerada amorosa en forma equívoca. Tu post es una realidad querido amiguis.

Abrazo cálido con caricia para tu alma!

Susana dijo...

jajaja... las mujeres tenemos mucha vanidad y los hombres mucha calentura...