Durante años los bancos han tratado de convencernos con millonarias campañas de mercadeo de que no son desalmados reductos de codicia que sólo protegen su propio beneficio. Sin embargo, una y otra vez dichos como "los bancos nunca pierden", "no hay mejor negocio que un banco" o "los bancos sólo le prestan plata a los que pueden demostrar que no la necesitan" se repiten entre los rechazados por el sistema bancario o los que quedaron tan aburridos que nada quieren saber de él. En otras palabras, pareciera como si la banca sólo estuviera disponible para los ricos que quieran aprovechar nuevas oportunidades de negocio y hacerse más ricos. Para mí es claro que una empresa se crea para generar riqueza para sus dueños, pero sin caer en el extremo de las megacorporaciones sin alma que sólo existen para producir beneficios. Muchas de ellas, si tienen que decidir entre despedir cientos de empleados e invertir en capacitación, o entre contaminar el ambiente y pagar la multa, siempre escogerán lo más barato, sin importar las repercusiones al margen de las ganancias.
Del otro lado del espectro están las fundaciones sin ánimo de lucro, que desde sus estatutos tienen explícitamente definidas sus funciones de tipo social. Muchas de ellas están dedicadas al asistencialismo, es decir, a regalar comida, vestuario o atención médica a los que lleguen de primeros. Aclaro que si yo tuviera una emergencia me encantaría que alguien me tendiera la mano, pero soy consciente de que el asistencialismo y la caridad, por sí solos, son como tratar de atender a los personajes caídos en Kill Bill con curitas y algodoncitos remojados en Menticol.
Personalmente creo que el grueso de las empresas deberían estar en algún punto en medio de estos dos extremos. Es decir, hay que producir riqueza, pero partiendo del supuesto de que los pobres también tienen derecho a buscar oportunidades de negocio, a volverse agentes de su propio progreso y a su vez generar riqueza. Ese es el sentido para mí de "no regalar un pescado al hambriento sino enseñarle a pescar para que no vuelva a pasar hambre".
Por eso me sorprendió gratamente que el Premio Nobel de Paz 2006 se lo hubieran otorgado por partes iguales, a un empresario y a... ¡un banco! Efectivamente, Muhammad Yunus y su Grameen Bank recibirán el premio por haber apoyado durante treinta años a los pobres de Bangladesh (su país de origen) y otros países a través de microcréditos. El Nobel reconoce que los microcréditos solitos no son suficientes para eliminar la pobreza, pero sí destaca que cualquier iniciativa para disminuirla empoderando a la gente crea las bases para una paz duradera. Además es muy interesante que el Grameen Bank declare que el 97% de sus 6.61 millones de clientes son mujeres, porque la falta de oportunidades para las mujeres tiene una relación muy estrecha con situaciones de pobreza y violencia. Ojalá que con la visita de Yunus se nos haya pegado algo.
domingo, 22 de octubre de 2006
Un buen negocio
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Estoy de acuerdo, el problema de fondo tiene marcado en nuestro sistema socio-económico la ampliación de la brecha entre ricos y pobres, donde la clase media tiende a desaparecer (o se hacer ricos, o se hacen pobres). Es triste que sigamos pensando que lo que un gobierno como el nuestro hace para disminuir la pobreza sea inversamente proporcional al esfuerzo que hace para mantener la guerra.
Me gusta el tema del post,
Con respecto a aquello que las empresas se crean para generar riqueza, De acuerdo... Sin embargo, hay quienes creen que esa es su única responsabilidad y deben cumplirla por encima de quien sea... Es ahí cuando cobra sentido la corriente de la Responsabilidad SOcial, que desafortundamente, se convirtió en un discurso mas, que ayuda al empresario a quedar bien, pero no hay un interés genuino por el bienestar de los otros...
El caso del Grameen Bank es muy interesante, lo que da rabia es que el Sr Yunus ha venido no se cuantas veces a COlombia a contar la experiencia en multiples espacios (hace dos años estuve en un simposio al respecto), a mostrar los buenos resultados que ofrece y aqui nadie le presta atención. Como pasa en muchos temas, falta voluntad política.
Un saludo,
Lo que pasa Meza es que a nuestra banca no le favorecen las posturas de Yunus, en las que no propone perder sino dejar de ganar un poco. Hace días cuando estuvo en reunion con los Banqueros, éstos se limitaron a decir que las condiciones de Bangladesh eran diferentes a las de nuestro país y que esas medidas no eran aplicables aquí.
Quedè complacida tambièn por ese premio nobel. Quiero, aunque algo tarde darte un saludito especial de deseos a borbotones para que tengas un 2007 excelente y lleno de èxitos y felicidad!
Un abrazo y un besito afectuosos!
Publicar un comentario