miércoles, 24 de diciembre de 2008

Cómo ha cambiado diciembre

Diciembre es de esas épocas del año en las que todo se magnifica. Pero este año, además ha traído cosas que me tomaron por sorpresa.
          Por ejemplo, es usual que en diciembre las impulsadoras se multipliquen, pero esta vez hasta trajeron refuerzos. A ver me explico: siempre me han causado profundo desasosiego las impulsadoras que lo abordan a uno en los supermercados, por lo cual trato de ubicar visualmente desde el pasillo lo que necesito para después llegar velozmente hasta la góndola, agarrar el  producto sin hacer contacto visual y salir rapidito hacia el pasillo del otro lado antes de que tengan oportunidad de decirme algo. Con el tiempo he logrado desarrollar una habilidad de “entrada, extracción y salida” con tal precisión quirúrgica que hasta envidiarían los rescatistas de la Operación Jaque... pero en diciembre no es suficiente.
          El sábado estaba tranquilamente haciendo cola para pagar en un supermercado, creyéndome ya a salvo de las impulsadoras que había logrado esquivar cual comando israelí, cuando un “Jo, jo, jo, joooo” gritado casi en mi oído por poco me hace dar un ataque. Lo que yo había creído un maniquí, resultó ser un tipo disfrazado de papá Noel, que me pareció todavía más siniestro que los payasos de porcelana o los tipos que se disfrazan de Barney en las fiestas infantiles.
          Las sorpresas siguieron a la salida del supermercado: la verdad no me esperaba tanta gente comprando después de los oscuros pronósticos de CNN y Fenalco. Pero después de la caída de Wall Street y el desplome de las pirámides la mayoría de la gente siguió comprando como si nada, para gran alivio de los atracadores que estaban temiendo que les iba a tocar trabajar como a todos los demás para poder subsistir.
          Caminando por el barrio, encontré fachadas tan recargadas de adornos luminosos que preferí caminar por la calle y no por el andén por miedo a que me cayera encima un reno gigante de fibra óptica. Además yo sospecho que Emcali no genera tanta potencia como para mantener iluminados los zoológicos enteros que vi encima de algunas casas y sus respectivos antejardines… ¿quién quita que estén usando una planta propia y que esa vaina explote si por accidente le cae encima un chorro de aceite destinado a la fritanga?
          Llegando a mi casa, esperaba encontrar el habitual bullicio de música de carrilera, salsa y reggaetón mezclado con villancicos, pero me topé con la sorpresa de un potente equipo de sonido amplificando a grito herido ese tristísimo villancico que dice “Mamá, dónde están los juguetes”, conducta que debería estar tipificada en el código penal como no excarcelable. Hay villancicos para todos los gustos muy bonitos, alegres, enternecedores, etc. pero ¿a quién demonios se le ocurre poner a todo volumen semejante invitación al suicidio?
          Pero bueno, también hubo sorpresas chéveres. Me gané el concurso de aguinaldo de La Mariposa en una reñida competencia donde debo agradecerle a una enorme chiripa haber salido elegido. Además mi mamá me regaló una camisa (la sorpresa está en que me encantó aunque la compró a gusto de ella) y me las arreglé para que el Darth Zokete me hiciera el favor de traer de Buenos Aires el último libro de Macanudo de Liniers.
          Aunque la mejor sorpresa fue que tanta gente querida haya venido a pasar navidad acá, especialmente mi hermana que se pegó tremendo viaje desde Sao Paulo. Que la gente todavía haga esos esfuerzos son la mejor sorpresa de esta época, pero tengo que reconocer que al ingenio de mi primo para los regalos no le gana nadie.

6 comentarios:

Johanna Perez Vasquez dijo...

Apolo Feliz Navidad, me alegra que te haya ido bien y que hayas escapado sano y salvo de las impulsadoras, maniquíes vivos y adornos de época.
Yo dormí muy rico y con este cansancio no pido más, y bueno, tú al menos no zarandeaste a un vecino zoquete con la manguera con la que estaba lavando el carro y que luego se hacía el imbécil porque llevaba audífonos, faltó poco para que lo levantara a golpes.
Por otro lado ya no sé qué es peor, si Mamá, dónde están los juguetes o la música que se puso de moda en Bogotá para esta época: el pito de los carros porque todos quieren pasar primero y pasar ya.
Cuídate.

Susana dijo...

me has hecho reir... yo no pude disfrutar mucho porque me tuvieron que operar y la pase en mi camita... pero espero que hayas pasado una FELIZ NAVIDAD!!!

El Marqués de Carabás dijo...

Pues como también fui un afortunado ganador del concurso de Mareña, recibí con gusto mi primer adorno navideño.

Para el otro año, vamos a ver si compro el reno y sus demás amigos decembrinos

MAREÑA dijo...

jejeje 1º me alegra que les haya gustado el regalo del concurso y doblemente alegre porque ustedes han sido fieles seguidores y comentaristas de la mariposa y s elo ganaron.

me hiciste reir, todo lo que dices es cierto, casualmente me contaba mi"secre" que vive en Pízamos, que unos viejitos comapraron la casa vecina y compraron "planta" por aquello de los cortes de luz, el volumen a toda m... y el villancico famoso: mamá dónde están los juguetes a toda hora y cada 5 minutos (me cuenta ella)

se ve lindo tu regalo

Bailarina dijo...

Espero que dentro de esa gente querida esté yo :P

Anónimo dijo...

Divertido, no lo habia leído. Yo encuentro algo muy particular por Medellín:
Comienzan a vender navidad en agosto, la pinen en octubre y sin que lleguen los Reyes Magos (dic. 6),ya los están quitando casi que el 31 de diciembre.

Eso sí que es bastante particular, empezar antes de tiempo para cansarse a la vez, antes de tiempo.

P.D.: Menos mal no te cayó ningún bombillo encima.

Un abrazo!