El juego de las sillasHay una dinámica que hace parte del arsenal de toda psicóloga organizacional, y es el juego de las sillas. Se trata de juntar ‘n’ personas y ponerlas a dar vueltas alrededor de ‘n-1’ sillas al son de la música. En cuanto para la música, los participantes hacen lo que sea por apoderarse de una de las sillas. Quien no logre sentarse sale del juego, el cual vuelve a empezar con una silla menos hasta que queda sólo un participante: el ganador del juego.
Durante muchos años yo sentí que en esto de las relaciones estaba jugando un juego muy similar al de las sillas, donde los que iban saliendo eran los amigos y amigas que se iban casando. Y sentía que iba ganando. Pero ahora que corro el riesgo de “ganar” el juego (porque hasta el impredecible de Porras se va a pegar el viaje hasta Xalapa a casarse) me doy cuenta de que parezco ser el único que está todavía jugándolo.
A veces me pregunto ¿dónde demonios se metieron las mujeres en esta ciudad? Pero bueno, tal vez no estoy siendo lo suficientemente específico. Dado que hace muchos años no salgo con ninguna mujer mayor de 25 años (de hecho parece que todas las mujeres en Cali tuvieran 25 años), la verdadera pregunta sería ¿dónde demonios se metieron las mujeres de entre 26 y 32 años, profesionales, “bonitas” e “interesantes”? ¿Y solteras? Y sé que existen porque conozco por lo menos una (que no me pare bolas ya es otro problema distinto).
El juego de las cifrasVamos por partes. Según la proyección del Dane para la población de Cali en 2009, seremos 2’158.107 habitantes, de los cuales 51.2% son mujeres. Eso nos deja que hay aproximadamente 1’104.000 en Cali. Como no es tan fácil determinar cuántas de ellas son mayores de 25 años, podríamos aventurar que son aquellas que alcanzaron un título profesional. Teniendo como base el censo del 2005 podemos extrapolar que los niveles de escolaridad actuales son más o menos así:
Nivel máximo de escolaridad alcanzado |
10,5% 37,2% 31,7% 12,3% 7% 1,3% |
ninguna hasta completar primaria hasta completar bachillerato hasta tecnólogo hasta profesional hasta posgrado |
Juntando a profesionales con las magísteres y doctores, tenemos el 8,3% de la población (con razón dicen que somos privilegiados). Coincidencialmente, casi la totalidad de la gente que yo personalmente encuentro interesante es también profesional y está optando por algún tipo de título de posgrado, con lo que muy chambonamente podría estar satisfaciendo también el criterio de “interesante”. Sin embargo hay un problema: durante muchos años las mujeres fueron la minoría en las universidades. Pero como ahora en casi todas las carreras las mujeres son mayoría y en los últimos años ha habido un aumento sustancial de la población, creo que se emparejan las cifras. Por eso me atrevo a especular que más o menos el número de mujeres profesionales (y por lo tanto mayores de 25 años e “interesantes”) son ese mismo 8,3% del 51.2% de la población, es decir 91.700.
Ahora toca definir cuántas de ellas siguen solteras, es decir que no se han casado ni tienen una relación estable. Arbitrariamente podría decir que una de cada 20 mujeres es soltera (5%), lo que nos deja con una interesante cifra de 4585.
Queda el reto de filtrar por el criterio de las “bonitas”. Aquí la vaina es bien subjetiva, pero tratando de definir lo que para mí significa “bonita” podría decir más bien “razonablemente atractiva” que se trata de que no sea ni muy gorda ni muy flaca, ni muy alta ni muy chaparrita, ni muy plana ni muy operada, ni con la cara de Carolina Cruz pero tampoco con la de Teresa Gutiérrez. Asumiendo que la mayoría de las bonitas están en el grupo de las casadas o en relación estable, muy arbitrariamente podemos aventurar que hay un 10% que siguen solteras por decisión personal o porque son bonitas que están en estado de transición (es decir, que acaban de salir de una relación estable pero no descartan volverse a involucrar sentimentalmente en el corto/mediano plazo). Eso nos deja con el 10% de 4585, es decir 458, el 0,021% de la población de Cali.
Ahora falta ver a cuántas de ellas conozco. Aplicando la proporción de mujeres profesionales a mis contactos de facebook, el 4,2% de 393 da 16. Esto significa que de las 458 habría en teoría 441 mujeres profesionales, mayores de 25 años, razonablemente atractivas y solteras en Cali que todavía no conozco. ¿Entonces dónde se metieron?
Las hipótesisLa primera hipótesis es que en la universidad hay muchísima visibilidad que se pierde cuando uno se gradúa. Desde el colegio uno anda con sus compañeros de clase y sus amigas son una que otra vecina más las compañeras de la hermana que estudia en otro grado o incluso en otro colegio. La cosa cambia cuando uno llega a la universidad, donde se conoce gente de todos los colegios y se revuelven todos con todas (por eso parece que todas las mujeres en Cali tuvieran 25 años). Pero cuando uno sale a trabajar, vuelve y se encierra en el reducido círculo de los compañeros de trabajo que todavía no se han casado.
La otra es que uno en la universidad es más bien fresco y se apunta a cualquier plan, lo cual cambia cuando se empieza a trabajar. Por eso varias amigas decían que el novio ideal en la universidad es un estudiante de Biología, ya que son los duros para los paseos y las salidas de campo al Pacífico, avistamientos de ballenas, conseguirse permisos para ir a la Ensenada de Utría, etc. Sin embargo, el novio biólogo se va volviendo un encarte cuando vive con lo del bus (si es que encuentra trabajo en su área después de graduarse) mientras que la novia ya empieza a ganar un buen sueldo y a armar con sus compañeros de trabajo planes en México, Europa o por lo menos Cartagena. Entonces sospecho que después de mi espectacular quiebra en 2005 ya no volví tener acceso a esos planes que sólo pueden pagar los profesionales de mi edad. Por eso aunque existan, ya no las encuentro en los sitios a los que suelo ir (y que puedo costear).
¿Alguna otra hipótesis?
Datos del DANE sobre la población soltera en Bogotá del censo 2005