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domingo, 24 de julio de 2011

Si no es posible dar una respuesta objetiva al propósito de la vida ¿qué sentido tiene vivir?

Como en el caso de la pareja perfecta, no creo que exista una respuesta objetiva para el propósito de la vida, sino más bien subjetiva y que va cambiando a medida que vamos madurando. Y, volviendo a la perfección (la perfección en sí no es alcanzable pero sí digna de ser perseguida), creo que el propósito de la vida es siempre buscar dicho propósito, más que descubrirlo y cumplirlo.

En todo caso, creo que una respuesta genérica que cada quien matiza a su gusto sería que el propósito de la vida es hacer cosas que me hagan feliz y que contribuyan en algo a la felicidad de las personas que me importan.

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If it is not possible to give an objective answer to the purpose of life, what is the point of living?

As in the case of the perfect couple, I don't think there is an objective answer to the purpose of life, but a subjective one which is changing when we are growing old. And, back to perfection (perfection by itself is not achievable but worthy of being pursued), I think the purpose in life is to seek what that purpose is, more than finding and achieving it.

Anyway, I think a generic answer that each one can adjust to their taste would be that the purpose in life is to do things that make me happy and in the making to contribute to some degree to the happiness of people I care.

miércoles, 20 de julio de 2011

Si fueras un afroamericano(a) y sabes toda la historia de cómo llegaron tus antepasados a América ¿pensarías en volver a África?

La mayoría de los españoles que vinieron y se mezclaron con las indias, y de quienes descendemos, eran criminales exiliados que más o menos no tenían otra opción. Aún así no me llama la atención ir a Europa como no sea de visita, así que asumo que si fuera afrodescendiente tampoco pensaría en "volver" a África.

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If you were an african-american and know all the story about how your ancestors came to America, would you consider to get back to Africa?

Most spaniards who came and had children with the American indigenous women (whom we are descendants) were exiled criminals with not too much options. Even so, I don't want to go to Europe unless it be on vacation, so I assume that if I were an african-descendant I wouldn't go "back" to Africa either.

¿La mejor película de ciencia-ficción que hayas visto?

Tough one! Due to its significance and good balance between script, visual effects and cultural phenomenon that it sparked, I would go for "The Matrix (1999)". Since there are several topics in science-fiction, I would like to remark the most important films in each one.

virtual worlds: "Inception (2010)"
space opera: "Star wars (1977)"
time travel: "Twelve monkeys (1995)"
aliens on Earth: "District 9 (2009)"
artificial intelligence: "Blade Runner (1982)"
and so on...

viernes, 24 de junio de 2011

¿Y qué piensas sobre los hijos?

Cuando somos conscientes de nuestra propia mortalidad, nos entra el afán de dejar algún tipo de legado que sirva de prueba de nuestro paso por el mundo. Para muchos de nosotros, ese tipo de inmortalidad se alcanza a través de hijos que nos recuerden y que "continúen el apellido". Sin embargo hay que pensarlo.

Por un lado los hijos son un pésimo negocio: los padres quedan exhaustos financieramente y casi inhabilitados para hacer otra cosa distinta a cuidarlos y trabajar.

Pero por el otro lado estamos programados genéticamente para que nos gusten los niños a pesar de todas las objeciones racionales, hasta el punto en que daríamos la vida por la de nuestros hijos sin dudarlo, cosa que muy posiblemente no haríamos por otros. Según los padres que conozco, tener a sus hijos les cambió la vida para bien y las mayores fuentes de satisfacciones en la vida, incluso más que las personales y profesionales, son los logros de sus hijos.

Creo que el mejor regalo que podemos darles a nuestros hijos es ser conscientes de nuestros traumas y complejos. Aunque la mayoría no ha salido tan mal a pesar de haber tenido pésimos padres, el mundo sería un lugar mejor si tratamos de lidiar con nuestros problemas para no ir a pasárselos inconscientemente a nuestros hijos. Yo me estoy preparando financiera y psicológicamente para estar en las mejores condiciones posibles para tener uno o dos hijos máximo porque ya pasaron los tiempos del "creced y multiplicaos".

lunes, 9 de mayo de 2011

En pleno siglo XXI ¿no sería mejor que desapareciera el concepto de nación, y que surgiera realmente un estado mundial? ¿De que sirve ser colombiano si lo importante es pertenecer a este planeta?

Las naciones siguen siendo importantes para darnos un sentido de pertenencia a un colectivo, que al mismo tiempo nos distingue de otros colectivos. Sin embargo, las naciones no necesariamente deben ser lo mismo que estados, como ocurrió los dos últimos siglos. Pueden ser redes que traspasan las fronteras de los países, como los voluntarios de Greenpeace, los coach surfers, los usuarios de Amway o los fieles del Islam.

Sin embargo, apuesto a que cuando haya más de un planeta habitado (por colonos humanos o por alguna civilización extra-terrestre), esas identidades nacionales actuales tenderán a ser menos importantes y nos empezaremos a reconocer más como terrícolas que como colombianos o suizos.

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Deep in 21st Century wouldn't be better to eliminate the concept of nation and to raise a global state? Why to be a Colombian if the really important is to belong to this planet?

Nations are still important because they both give us a sense of belonging to a collective and separate us from other collectives. However, nations not necessarily must be the same than States, as we got used to during the last two centuries. They can be networks that overflows countries' borders, such as Greenpeace volunteers, coach surfers, Amway users of Islam.

However, I bet that when more than one planet be populated (either by human settlers or by some extra-terrestrial civilisation), those current national identities will fade off and we will tend to recognise ourselves more as earthlings than as Colombians or Swiss.

Ask me anything. I deal better with "why" and "how" than with "what".

jueves, 28 de abril de 2011

¿Por qué prohibir manifestaciones neonazis en Colombia? ¿O por qué no?

Aunque ser neonazi en un país donde no aplican los ideales nazis me parece absurdo, me parece nefasto que se les prohiba expresarse. Es más, los apoyo, porque si semejantes descriteriados pueden ejercer su libertad de expresión, significa que los demás también podremos hacerlo cuando tengamos algo realmente importante qué decir pero que pise los callos de gente poderosa.

La idea de democracia implica proteger los derechos de las minorías, incluso cuando esas minorías lo que busquen sea acabar con los ideales que la democracia representa.

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Why to ban neonazi demonstrations in Colombia? Or why not?

Though being a neonazi in a country where nazi ideals are meaningless looks absurd to me, I think it's terrible that their demonstrations be banned. In fact, I support them, because if even those brainless guys can use their freedom to speech, it means that the rest also can use the same freedom when we have something really important to say that make some powerful people to feel uncomfortable.

The idea of democracy implies to protect the rights of minorities, even when those minorities be willing to destroy the ideals that democracy itself represents.

Ask me anything. I deal better with "why" and "how" than with "what".

miércoles, 27 de abril de 2011

¿Qué es para tí el buen comer?

Pasarla bueno antes, durante y después de comer. Eso implica disfrutar buscando nuevas opciones culinarias y anticipándose a los sabores y texturas. También disfrutar comiendo algo rico, ojalá en buena compañía, y después sentir los buenos efectos de una comida sana.

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What is for you being a foodie?

To have a good time before, at and after eating. That implies to enjoy finding new culinary options and anticipating flavours and textures. It also means to enjoy eating something delicious, better if it is in good company, and to feel the benefits of a healthy meal after eating.

Ask me anything. I deal better with "why" and "how" than with "what".

sábado, 16 de abril de 2011

¿Cómo hacer que la piratería no sea más una amenaza para los derechos de autor y patentes?

Creo que la concepción que tenemos de las patentes y derechos de autor son una reminiscencia de cuando se pensaba que la mejor forma (incluso la única) de producir algo de lo cual se pudieran explotar de manera muy rentable los derechos de autor era a través de una gran compañía. Pero otro modelo emergió y muy probablemente se convierta en la forma dominante (aunque no la única) de aportar al patrimonio cultural de la humanidad y hacer dinero al mismo tiempo. Pongo varios ejemplos.

El cine

En el caso de las películas, seguimos el patrón de mediados del siglo 20 donde para que a una película le fuera "bien" se requería de un gran estudio que dispusiera de gigantescos platós, cientos de extras, batallones de maquilladores, técnicos, extras, actores y guionistas para filmarla. Además bien aceitados departamentos de mercadeo que la promocionen en los circuitos de distribución para que llegue a muchos teatros, organice con los medios entrevistas a los actores, la envíen a concursos y festivales de cine, etc. Un gigantesco esfuerzo para que la idea que salió de la cabeza del guionista finalmente se convierta en la boleta que paga cada espectador para verla en una sala de cine en forma de película. Por eso en la época dorada de a Hollywood, antes de la llegada de Hitchcock, la figura más importante (casi que la garantía de calidad) de una película no era el director sino el productor.

La música

Algo muy parecido pasaba con la música, donde una poderosa disquera se necesitaba para reunir el talento de decenas de escritores, arreglistas, ingenieros de sonido, productores, músicos y cantantes en un carísimo estudio de grabación para que un grupo de canciones se materializara. Y una vez allí, era la disquera la que organizaba colecciones que se pudieran distribuir en un medio físico como los discos. Esa es la razón por la cual un álbum tiene en promedio 13 canciones, de las cuales sólo dos se convierten en éxito, tres "aguantan" y el resto son francamente relleno. Y ya con el disco bajo el brazo la labor de promoción de la disquera era la que llevaba las canciones a la radio, muchas veces sobornando a los DJs para que suenen una y otra vez canciones que no necesariamente les gustan pero que con tanta exposición acaban "pegando". Y vienen las giras de conciertos, las entrevistas en los medios y toda la exposición que motiva a la gente a comprar los discos. ¿Se imaginan hacer todo ese esfuerzo cada vez que a un artista le da la gana de crear cada canción sueltica?

Los libros

Algo muy parecido pasaba con los libros. Aunque la literatura es un asunto más personal entre el escritor y su editor, finalmente eran las grandes editoriales las que decidían si un texto merecía la carísima apuesta de hacer los estudios de mercado, contratar ilustradores, imprimir los ejemplares, distribuirlos en las librerías, hacer que los medios entrevisten al autor, que hablen del libro en las columnas de opinión o llevarlo a festivales para que al final la gente tome la decisión de comprar el libro.

El software y otros casos

La industria del software trató de copiar este mismo modelo, motivando a que piezas complejas como sistemas operativos se produjeran en grandes compañías reuniendo en un edificio a genios de las ciencias de la computación con cientos de programadores y diseñadores gráficos. Como un software es inherentemente copiable, trataron de “amarrar” su distribución a los computadores nuevos (por eso antes era tan difícil encontrar computadores que no trajeran ya el DOS, Windows o MacOS pre-instalado) y lo están haciendo con los teléfonos para internet (smartphones).

Un nuevo modelo de distribución

Y así hay ejemplos en casi todo, desde los pintores y fotógrafos que necesitaban grandes galerías para exponer, los periodistas a los grandes periódicos para ser leídos, hasta los ilustradores que necesitaban a las editoriales. Pero gracias a los computadores personales e Internet, surgió otro modelo donde el creador solitario que quiera expresar su creatividad (con una canción, un video, un libro, un artículo, un dibujo o una foto) puede crear sofisticadas piezas musicales o de animación sin salir de su casa. Grupos de individuos pueden colaborar a través de Internet para producir desde un blog hasta un sistema operativo (como fue el caso de Linux) y usar a la misma red para llegar al público. Ya no dependen de una gran compañía con grandes recursos para producir las obras y hacer que lleguen al público a través de mecanismos de distribución tradicionales sino que pueden hacerlo directamente a través de canales como flickr, YouTube, twitter, iTunes, AppStore o NetFlix. Y esto apenas está comenzando.

Por este cambio de modelo, los derechos de explotación y las patentes cada vez son menos necesarios, ya que no se requiere de una gigantesca inversión inicial que se deba proteger de la piratería. Probablemente las cosas evolucionen de manera similar a la radio: las canciones las podemos escuchar gratis por radio a cambio de que nos expongamos a su publicidad, pero si queremos escucharlas cuando y donde queramos sin publicidad, pues compramos el disco. De manera parecida, los contenidos que hoy se busca proteger de la piratería se deberían publicar gratis en Internet y las ganancias por publicidad se reparten entre quien publica (por ejemplo Facebook o Google) y el autor. Si un contenido me gusta mucho, pues hago una donación directa al autor via PayPal o compro el contenido libre de publicidad por un precio razonable.

De hecho, ya este nuevo modelo se está consolidando y fórmulas intermedias ya existen en USA y Canadá. Por ejemplo, yo prefiero pagar US$1 por una canción que me gusta a que me obliguen a pagar US$15 por la misma canción más otras 12 que son relleno. Así mismo prefiero pagar US$3 por una revista que pueda ver en un Kindle/iPad que los US$10 que me cuesta traer el mismo ejemplar impreso y que va a perder vigencia en un mes.

Obviamente los formatos y mecanismos de distribución viejos no desaparecerán: seguramente la gente seguirá comprando ocasionalmente el CD con los grandes éxitos en la caja bonita, o la edición en pasta dura de los volúmenes de Harry Potter, pero difícilmente constituirán la forma usual en que la gente acceda a los productos culturales.

Ask me anything. I deal better with "why" and "how" than with "what".

miércoles, 13 de abril de 2011

¿Por qué si la homosexualidad está presente en más de 450 especies la homofobia se encuentra en una sola?

Y después dicen que todo lo de los humanos es copiado de la madre naturaleza, ja ja ja ^_^

Bueno, ya en serio, yo creo que cuando uno es el líder de una tribu chiquitica que se la está rebuscando en el desierto, lo responsable es racionalmente imaginar el futuro (cosa que dudo que haga el macho alfa en las otras 449 especies) y reprimir los comportamientos que no ayuden o que perjudiquen la supervivencia de la tribu. Entre esos comportamientos está, cómo no, la homosexualidad ya que con una alta mortalidad infantil, todos los adultos de la tribu deben contribuir a procrear.

Pero 4000 años después, el problema es que hay demasiada gente y por el contrario deberíamos no sólo tolerar el homosexualismo sino también estimular a los que no han salido del closet para que lo hagan y formen familias. Muchas parejas homosexuales a las que se les dificulta precrear por razones obvias son el mercado natural para los niños en espera de adopción y de que les ofrezcan un hogar amoroso que difícilmente el ICBF va a poder sustituir. Como si fuera poco, entre más gays confesos hay menos competencia por las mismas mujeres heterosexuales. ¿Con tantos beneficios cómo no voy a apoyar a los homosexuales?

Si lo que empezó como una medida racional fruto de la necesidad (no porque fuera algo "antinatural") debería revertirse precisamente porque ahora la necesidad es la opuesta.

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If homosexuality is present in 450 species why homophobia is found exclusively in one species?

Figure that! And people keep saying that every human creation is copied from mother nature, ha ha ha ^_^

Well, seriously, I think that when you are the leader of a tiny tribe that is surviving in the desert, the responsible course of action is to envision rationally the future (which I doubt the alpha male in any of the other 449 species does) and to repress those behaviours that do not help or even harm your tribe's chances of survival. Among those behaviours is, of course, homosexuality since with a high child decease rate all adult members of the tribe must be devoted with procreation.

But 4000 years later the problem is that there is too many people and on the contrary we should not only tolerate homosexuality but also to encourage those who have not came out of the closet yet to do so and form families. Many homosexual couples that have hard time procreating due to obvious reasons are the natural market for children waiting to be adopted and to be offered a loving home that Social Services is hardly entitled to provide. In addition, the more openly gay men, the less competition for the same heterosexual women. With so many benefits why shouldn't I to support homosexuals?

If what started as a rational action motivated by necessity (not because it was against something "against nature") should be reverted precisely because now the needs are quite the opposite.

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domingo, 10 de abril de 2011

How can I turn my knowledge into money, preferable by legal means? // ¿Cómo convertir lo que sé en plata, preferiblemente en algo legal?

1) Diversificando: Es más eficiente obtener un ingreso de varias actividades diferentes que tratando de identificar una sola que se convierta en la gallinita de los huevos de oro.

2) Ofreciendo un producto/servicio que genere un pequeñísimo ingreso por usuario pero que le interese a mucha gente, como una aplicación para iPad, facebook, etc. Eso es más eficiente que identificar un producto por el cual unos pocos quieran pagar mucho dinero.

3) Identificando una relación oferta/demanda favorable, por ejemplo
haciendo una lista de las fortalezas en orden descendente y confrontarla con lo que el mercado demanda. La primera correspondencia podría ser un buen punto de partida.

4) Escoger UN tema y posicionarse como un experto en el mismo, publicando con frecuencia y tino en blogs especializados, foros especializados y redes sociales en general. Los "expertos" no son los que más saben de un tema sino los que son percibidos por el público como un referente de cierto tema porque lo tienen presente.

Si consideramos opciones ilegales, podrías ser traficante de Focusin y en mí tendrías un cliente asegurado. n_n

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1) Diversifying: It is more efficient to get an income from several different activities than trying to identify a single one as your goose that lays golden eggs.

2) Offering a product/service that generates a tiny income per user but a one a lot of people would be interested in, such as an iPad or facebook app. That is more efficient than identifying a product a lot of people want to pay tons of money for.

3) Identifying an interesting offer/demand ratio, for example making a list of your strengths in descending order comparing them with what the market wants. The first match could be a nice starting point.

4) Choosing ONE topic and to sell you as an expert on that field, publishing often and being relevant in specialised blogs, specialised forums and social networks in general. "Experts" are not those who knows more about a topic but those who are perceived by audience as a referent on a specific topic because they remember them.

If you consider illegal options, you could be a Focusin dealer an I would be your first client. n_n

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lunes, 21 de septiembre de 2009

Arte, artesanías y la necesidad de correr riesgos

En un debate sobre literatura y entretenimiento la periodista cultural Marianne Ponsford declaró que no pensaba perder su tiempo leyendo, por ejemplo, a Paulo Coelho. Un asistente ofendido le preguntó si ella pensaba entonces que los millones de fans de Coelho son seres alienados (¿sabría el asistente lo que significa la palabra?) por disfrutar de un trabajo que es considerado de poco a ningún valor por parte de la crítica. Aunque ella, con enorme gracia y diplomacia, en pocas palabras le respondió que sí, creo que quedó otra pregunta en el aire. ¿Por qué si a tanta gente le gusta este tipo de trabajo, los críticos son insistentes y consistentes en pordebajearlo? ¿Será acaso que Paulo Coelho y Deepak Chopra son genios incomprendidos que serán reivindicados por la crítica cultural en el futuro?

          Aquí creo que cabe distinguir el arte de la artesanía. Para mí, una obra de arte es aquella que logra conmover al espectador, generar en él alguna emoción, ojalá la misma que tenía el autor en mente (me parecería tenaz que la gente se ría con un drama o salga deprimida de ver una comedia). Pero la obra de arte no se queda allí. Además propone algo nuevo, una perspectiva o una manera de hacer las cosas que no se haya intentado antes, ampliando las fronteras de lo conocido. En palabras de William Ospina, el otro invitado al debate, la obra de arte cuestiona, pone en perspectiva, enriquece la relación que yo como espectador tengo con la realidad.

          ¿Entonces, por poner un ejemplo, las chivas de cerámica que los turistas se llevan de recuerdo son obras de arte? Para muchos, estas piezas generan nostalgia en quienes las llevan, además de cierto placer estético, con lo cual estarían cumpliendo con aquello de conmover al espectador. Es más, muchos artesanos igualan (sino es que superan) en habilidad técnica a aquellos que han recibido una formación artística, con lo que la calidad del producto final no es un parámetro definitivo para distinguir una obra de arte de una artesanía.

          Sin embargo, cada una de estas piezas repite la fórmula ya probada (y seguramente refinada por generaciones de artesanos) que tuvo éxito la primera vez. No se corren riesgos al hacer una nueva obra y por el contrario se privilegia el apego a la tradición con mínimas variaciones, precisamente por miedo a fracasar donde el modelo ya probado ha triunfado tantas veces. Eso es lo que yo percibo con muchas obras de Hollywood o de literatura de aeropuerto: están muy bien producidas y mercadeadas, pero repiten la misma fórmula de siempre. ¿El resultado? Que yo como espectador puedo interactuar con estas obras y pasar un rato entretenido, pero mi vida no va a cambiar después de haberlo hecho.

          ¿Significa eso que las artesanías son malas? No necesariamente. Estos son productos que están diseñados para satisfacer una necesidad, y son muy buenos haciéndolo. La prueba es que Dan Brown con su “Código Da Vinci” rompió todas las marcas de ventas registradas en la historia de la literatura, así que al tipo hay que reconocerle que algo debió haber hecho bien. Por otro lado, yo no creo que a este autor o a Deepak Chopra o a Paulo Coelho los trasnoche que no los estén considerando para el Nobel de Literatura, o que sean unánimemente despreciados por la crítica especializada. Ellos dan a sus lectores lo que éstos quieren y ven crecer su cuenta bancaria, exactamente lo que se propusieron. Son los críticos quienes se preocupan de que a estos artesanos los llamen artistas, no los autores o sus lectores.

          Pero volviendo a la pregunta, si lo importante en el arte es proponer cosas nuevas, ¿cómo se logra? A través de la experimentación. Por eso es tan importante correr riesgos, salirse de lo conocido y ver qué funciona y qué no. Los verdaderamente talentosos tendrán más aciertos que fracasos, pero nadie se salva de equivocarse alguna vez. Incluso a William Ospina todavía le pasa que al mostrar un nuevo texto a un amigo lector le digan "¿No te da pena? ¡Qué cosa tan mala la que acabas de escribir!". Quién sabe, de pronto lo que hoy es considerado desagradable o impopular, sea la norma para las audiencias del futuro.

viernes, 11 de septiembre de 2009

El derecho a cagar dignamente

Mucho se ha hablado del derecho al trabajo, a la vida, a la libre expresión, incluso a morir dignamente. Pero es escandaloso que nadie se haya preocupado por el derecho más fundamental de todos: el derecho a cagar dignamente.

          Me parece fundamental porque en plena adolescencia sufrí un episodio tan aterrador que no se lo deseo ni a Chávez: me dio estreñimiento crónico y durante 11 días me fue imposible hacer uso del 'trono'. Ya podrán imaginar mi angustia: estando imposibilitado para evacuar lo que tenía que salir, cual niña anoréxica me negaba a comer para que no entrara nada que agravara la situación. Por los pasillos del colegio me arrastraba pálido, sudando frío, con los pelitos de la nuca erizados. A la semana ya parecía desplazado etíope: flaco y ojeroso, pero con una panza templada y perfectamente esférica. Pero lo peor de todo es que el baño de mi casa dejó de ser ese refugio de lectura y relajación para volverse el escenario de mis peores pesadillas.

          En vista de que el médico de la EPS sólo se burlaba de mi cobardía y me recetó simplemente que comiera banano, tuve que recurrir al tío médico. Una bolsa de lavado intestinal obró el milagro y fui libre de nuevo. Por eso propongo que La Corte Penal Internacional incluya en los cargos a la guerrilla las penurias por las que hacen pasar a los secuestrados cuando deben hacer del "número dos". También que los corruptos que se roban el papel higiénico de los colegios públicos sean condenados a ahorcamiento en plaza pública. Nadie debería verse privado del nirvana que experimenté cuando por fin pude asumir de nuevo la posición de super saiyajin en el mueble principal del baño. Juro que nunca fui tan feliz, ni siquiera cuando Gokú llegó a Namekuseí.

lunes, 20 de julio de 2009

Gracias a Simón Bolívar y su parche es que Harry Potter no habla en español de España

Hace muchos años, cuando Villabobos (el locutor Alejandro Villalobos) trabajaba en Radioactiva, hizo un comentario que no logré olvidar, como sí pasó con otros profundos comentarios de un intelectual de semejante talla: "Ojalá no nos hubiéramos independizado de España... ¿se imaginan los conciertos que vendrían para acá?".
          Me perturbó que el tipo jurara que por seguir siendo gobernados desde España hubiéramos seguido siendo tratados como españoles, felices espectadores de los conciertos de Madonna y The Rolling Stones. Y peor aún, hay gente que todavía se pregunta si no hubiéramos estado mejor "dejando así".
          Pero bueno, no son los únicos. Hace poco más de 200 años, la gente por acá era como un adolescente que hace pataleta porque no lo dejan estudiar música en vez de medicina (o porque no lo dejan llegar tarde de rumbear, o hacerse un piercing en la lengua), y que ya entrado en gastos pues acaba es yéndose de la casa. Algo parecido pasó en la Nueva Granada. La consigna era "Viva el Rey y abajo el mal gobierno", con lo que nuestros ancestros mostraban su rechazo a los representantes del gobierno puesto por Napoleón en España a cañonazos. Sin embargo, la idea de rebelarse contra un gobierno ilegítimo hizo reflexionar a la gente sobre las ventajas de no depender de las decisiones tomadas al otro lado del charco sin tener en cuenta nuestros intereses. Y ahí fue cuando Nariño, Santander, Bolívar y el resto de su parche se la jugaron para arrebatarle el poder a los españoles.
          La cosa es que para la gente del común las condiciones no cambiaron mucho: durante el dominio español, los altos cargos públicos sólo podían ser ocupados por españoles ricos, mientras que después de la independencia esos cargos sólo podían ser ocupados por... criollos ricos. Es decir, que a menos que se fuera rico, las desigualdades sociales seguían casi inalteradas independientemente de dónde se tomaran las decisiones.
          Sin embargo, estoy convencido de que sin la lucha por la independencia podríamos estar mucho peor. Es como el hijo que a los 35 años todavía vive donde los papás, a quien le toca comer todo sin sal porque los papás sufren de la tensión y todo lo hacen simple para satisfacer la necesidad de ellos, no la del hijo. En cambio, así se pase hambre, vivir fuera del dominio de los papás obliga a la gente a preguntarse qué le gusta y a esforzarse por mejorar sus condiciones de vida, sin esperar a que los papás hagan ese esfuerzo por uno.
          Volviendo a nuestro caso, basta ver el caso de Cali o Barranquilla. Mientras Cali era una provincia gobernada desde Popayán y Barranquilla lo era desde Cartagena, eran asentamientos menores, sin mayor relevancia en el ámbito nacional. Una vez se convirtieron en capitales de sus respectivos departamentos lograron superar en riqueza y población a la ciudad de la que dependían antes. Algo similar pasó con Ciudad de Panamá. No voy a ser tan ingenuo como para afirmar que en Cali se vive mejor que en Popayán, pero sí hay que reconocer que en Cali hay más opciones y oportunidades para quien quiera aprovecharlas.
          Por otro lado, un imperio tan grande como el español hubiera exigido con el tiempo una jerarquía más vertical, que el control de la corona fuera todavía más férreo y reacio a la innovación, como lo que le pasa a organizaciones tan grandes y desperdigadas como IBM o la Iglesia Católica. En cambio en las organizaciones pequeñas se pueden dar el lujo de ser informales y abiertos a la iniciativa privada sin que se forme necesariamente un despelote, como pasa en algunos países pequeños como Singapur o Irlanda.  Y como yo prefiero trabajar en una organización pequeña donde siento que aporto y que hay capacidad de reacción ante las necesidades de la región, creo que nos va mejor habiéndonos librado del gobierno por control remoto de la monarquía española. Si con Uribe haciendo de alcalde honorario cada semana no se ha logrado que se solucionen los problemas de las provincias, ¿se imaginan que las decisiones no se tomaran en Bogotá sino por allá en Madrid? Ahí sí que es cierto que Harry Potter and the Half-Blood Prince sólo la traerían doblada en el ininteligible español de España.
          Así que volviendo al caso hipotético sugerido por Villabobos, de haber seguido bajo el dominio español, las posibilidades de que Madonna o The Rolling Stones vinieran a Bogotá o Cali son las mismas de que, habiéndonos independizado, llevaran Harry Potter and the Half-Blood Prince subtitulada a Quibdó o Puerto Carreño. Más importante todavía, de haber seguido como súbditos españoles hubiéramos seguido siendo ciudadanos de segunda categoría en nuestra propia tierra. Puede que muchos sintamos que el inquilino del Palacio de Nariño se comporta como dueño y no como empleado, o que el remedio que está aplicando es peor que la enfermedad que prometió que iba a curar, pero al menos la decisión de ponerlo allí, buena o mala, fue nuestra y no la de alguien por allá en España.
          Ya nuestros ancestros pagaron con sudor, lágrimas y sangre nuestra independencia de España. Ahora nos toca a nosotros proponer e implementar opciones políticas, económicas y sociales que garanticen para nuestros descendientes la independencia de Estados Unidos, "la FAR", las multinacionales y en general todo poder externo que quiera manipularnos en contra de nuestros propios intereses.  Así que aunque falte mucho, algo se ha ganado,  y vale la pena celebrar que España sea un cliente y no nuestro amo. ¡FELIZ DÍA DE LA INDEPENDENCIA!

lunes, 9 de marzo de 2009

Hombres en el día de la mujer

Una de las cosas que más me gustan del Día Internacional de la Mujer es poder llamar a mis amigos hombres y desearles feliz día. El destemplado madrazo que se escucha del otro lado de la línea y la satisfacción del Topo Gigio (“¡Lo dije yo primeeero, lo dije yo primeeeero!”) son suficiente aliciente para intentarlo con otro y con otro después de él. El juego consiste en hacérsela a tantos como sea posible antes de que alguno de ellos lo haga conmigo.
          A quien este juego le pueda parecer extraño, basta recordarle cómo se crea la identidad masculina. Al menos en el colegio donde yo pasé mis doce años de prisión, (léase primaria y bachillerato) ciertamente nos motivaban a seguir roles masculinos como nuestros padres y profesores hombres (“ser hombre consiste en ser como los demás hombres”). Sin embargo, el 98% de las ocasiones restantes donde construimos nuestra identidad eran juegos donde cualquier excusa valía para decirles a nuestros compañeros que parecían niñas, merecidamente o no (“ser hombre consiste en no ser como las mujeres”).
          Pero este complicado proceso tiene dos problemas. El primero es que ya no es tan claro cómo son los demás hombres, ya que lo que la gente percibe acerca de cómo sería deseable que luciera y se comportara un hombre está muy influenciado por lo que opinan las mujeres. Efectivamente, en la publicidad y las películas se ve consistentemente a tipos que parecen clones del flaquísimo y depiladísimo Ken con el que jugaban hace 20 años las mujeres de ahora.
          Y no es que esté pretendiendo que se erija a Homero Simpson como ideal de belleza masculina, pero sí me parece más lógico que se nos juzgue a los hombres teniendo en cuenta toda la variedad de nuestros estilos y fenotipos y no de acuerdo con un único y homogéneo modelo. Ya les pasó a las mujeres en Cali, donde una perversa combinación de mujeres de baja autoestima y traquetos de mal gusto (con todavía más baja autoestima) impusieron el “ideal” de rubia oxigenada e hinchada a punta de implantes de silicona. De la misma forma, al que es peludo como un panadero griego no le deberían restregar en cara el comercial de cuchillas de afeitar donde el modelo se afeita el pecho (a menos, claro está, que tenga por costumbre dejar un rastro de pelos en la ducha y en la cama como un perro pastor alemán), o exigir al robustico pero sano que desarrolle los abdominales de un modelo de Calvin Klein, o esperar que un negros luzca tan pálido como el vampiro de Crepúsculo.   
          El otro problema con la identidad masculina es que las características distintivas de las mujeres han cambiado tanto y tan rápidamente que ya no basta no comportarse como ellas para identificarse como hombre. Ahora hay mineras, coronelas, juezas, cirujanas y un largo etcétera, habiendo ampliado sus horizontes laborales drásticamente. A cambio, los poquísimos valientes que desempeñen oficios tradicionalmente femeninos como profesores de preescolar, sobrecargos, modistos, enfermeros o niñeros no han conseguido ampliar nuestra área de desempeño. Y para completar, el último bastión de la ropa masculina, Arturo Calle, también ha sido infiltrado por manos femeninas. Ahora las camisas tienen unos botones pequeñitos, no traen bolsillo y están entalladas en la espalda de una forma que las hace imposibles de planchar, justamente como una blusa de vieja. Si yo quisiera una camisa pegada y sin bolsillo, usaría una camiseta, ¿no creen? ¿Ahora dónde vamos a guardar las gafas de sol o el pasabordo en el aeropuerto?  
          En fin. Si el Día Internacional de la Mujer se creó para llamar la atención sobre esa parte de la población que había sido vulnerada durante tanto tiempo, creo que los hombres no estamos tan lejos de merecernos nuestro día. Así que como población vulnerada, creo que hasta podríamos considerarnos mujeres honorarias y pedir en este día que se reflexione sobre nuestros derechos y la forma como se percibe nuestra identidad.
          ¿Ven ahora porqué no es tan extraño que felicite a mis amigos hombres en el Día Internacional de la Mujer?

sábado, 7 de febrero de 2009

¿Disciplina? ¿Qué es eso?

Yo sé cómo debe sentirse Sylar al destapar el cráneo de algún colega mutante, ya que de vez en cuando me asaltan epifanías donde entiendo todo con una claridad pasmosa. La última vez fui plenamente consciente de que mi mayor problema es la falta de disciplina, aunque la epifanía no me alcanzó para entender también si en mi caso se trata de un defecto de carácter o el síntoma de algo más profundo. Yo creo que es más lo segundo que lo primero, pero obviamente estoy especulando.
          ¿Y qué si es un síntoma de otra cosa y no una dolencia en sí misma? Pues que me toca seguir escarbando para saber cuál de mis demonios es el que me tiene en la mala y pues… prefiero evitar la fatiga como Jaimito el Cartero. Así que a falta de mayor evidencia y siguiendo el ejemplo del borracho del chiste, buscaré las llaves perdidas donde hay luz y no en todos los sitios donde se me pudieron haber perdido.
          ¡Ya sé! Puedo justificarme usando lo que aprendí del Dr. House: si hay dos posibles diagnósticos y no se tiene ni puta idea de cuál de los dos es, se aplica el tratamiento para uno. Si los síntomas desaparecen, entonces sí era el primer diagnóstico, y si no… pues no se sabe si es el segundo, pero al menos ya es mucho menos probable que sea el primero.
          Entonces la idea es emular a Sheldon Cooper y diseñar una elaborada estrategia para atacar la falta de disciplina como un defecto de carácter a ver si desaparece. Si no lo hace, entonces habrá que iniciar un largo y costoso proceso con una psiquiatra cínica y mordaz como la de Charlie Harper, a ver si le pega al perrito. La vaina es que para salir bien librado de un proceso de esos se necesita disciplina, que es precisamente lo que no tengo…
          ¡Mierda! Releyendo lo que acabo de escribir, me doy cuenta de dos cosas: que posiblemente mi falta de disciplina se deba a mi nunca bien ponderado talento para evadirme (ojalá me pagaran por ser como Calvin) y a que veo demasiada televisión.
          Me voy a meditar a ver si me llega otra epifanía.

domingo, 11 de enero de 2009

¿Tintin era gay?

Para los que hemos leído las aventuras de Tintin resulta cuando menos sorpresiva la afirmación de que este personaje fuera gay. Y no es que tenga algún problema con que lo fuera, así como no me causa resquemor que el profesor Dumbledor de Harry Potter sea homosexual. Lo que me causa preocupación es que se evalúe a un personaje diseñado hace casi 100 años según los estándares de hoy.
          Lo primero que hay que tener en cuenta sobre Tintin es su origen. Se trata de un joven católico de 16 años nacido y criado en Bélgica (por eso su nombre se pronuncia en francés: Tan-tán). ¿Qué esperaban que hiciera un personaje así? ¿Saltar de rumba en rumba y de un amorío en otro? Para los católicos (sobre todo los de hace 100 años) la única finalidad de las relaciones amorosas eran las de formar una familia, lo cual sería claramente inconveniente para alguien que debería estar libre de ataduras para salir al encuentro de las extraordinarias aventuras que vivió Tintin alrededor del mundo.
          ¿Se imaginan a Tintin a punto de subir a una nave espacial para perseguir a un villano y teniendo que aguantarse la bronca de la novia porque no puede ir al aniversario de sus suegros? ¿O persiguiendo el rastro del Abominable Hombre de las Nieves distraído por la duda de si pagó o no el recibo del teléfono? Esas son situaciones que hacen mucho más compleja la trama, y por las cuales un personaje mucho más moderno como Peter Parker (Spiderman) es fascinante. Pero creo es mucho pedir para un autor nacido a principios del siglo pasado y con mucho más interés en las aventuras de acción o de misterio que en las románticas. Y poniéndose en los zapatos de los lectores de las historietas de Tintin, ¿hubieran preferido en 1920 que el protagonista visitara parajes exóticos resolviendo misterios o padeciendo los mismos problemas de la vida cotidiana de los cuales los lectores querían evadirse leyendo las historietas? Creo que Hergé se fue por la fácil (según nuestros estándares actuales) y no se complicó la vida metiendo en líos de faldas a un joven de 16 años que lo que quería era conocer el mundo, misma estrategia que siguió Julio Verne. Más bien se concentró en la minuciosidad de los detalles y el preciosismo con el que ilustraba cada una de sus viñetas, las cuales han llegado por esa razón a la categoría de verdaderas obras de arte.
          Por otro lado, hay muy pocas mujeres en esas historias, pero es que a diferencia del mundo actual, a principios del siglo pasado el contexto donde se movía Tintin era casi completamente masculino. Para fortuna de James Bond, para la época de los 70s ya las mujeres eran desde astrofísicas y pilotos hasta asesinas, pero 50 años antes de eso no era fácil encontrar una mujer bonita en esas. Por eso casi todos los personajes de Tintin son masculinos como Hernández y Fernández (Dupont y Dupond)
          Por otro lado, si un autor contemporáneo creara un personaje que vive de puro chévere en la mansión de un hombre mayor (en el caso de Tintin, el capitán Haddock), que nunca se lo ve interesado en alguna hembrita (por la razón que sea), y que anda con un perrito Wire Fox Terrier llamado Milou (Milú), pues sí queda como difícil no despertar sospechas de que se trata de un gay que aún no sale del clóset. Pero si nos empeñamos en ver con este mismo criterio a un personaje tan antiguo salido de otras circunstancias, también tendríamos que revisar la relación de Froddo con Sam y Légolas con el enano Gimli en el Señor de los Anillos… aunque viéndolas bien, son tan sospechosas como la relación entre Batman y Robin.
          Pero bueno, mi punto es que así como el hecho de que Don Quijote anduviera para todos lados con Sancho Panza nos los convierte en pareja, tampoco las inusuales circunstancias (desde nuestra perspectiva contemporánea) de Tintin lo hacen más de lo que su autor quiso expresar.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Más criticones y menos lambones

Carmen Posada hace una muy interesante reflexión sobre los aspectos negativos de los criticones profesionales en “Crítica al criticón”, pero creo que quedaron varias cosas por decir.
          Es cierto que es muy jarto el criticón tipo Antonio Caballero a quien todo le parece malo, nada le gusta y parece que una nubecita negra lo siguiera permanentemente para lloverle sobre la calva. Pero me parece mucho peor el conformista o el lambón que todo lo ve rosado y con cariñositos saltando y arrojando pétalos de rosa por las calles, al estilo de José Obdulio Gaviria a quien todo lo que hace Uribe le parece MA-RA-VI-LLO-SO. La razón es que la situación del país no es la mejor y me parece preferible que esté alguien allí haciendo ver los puntos negros (de pronto así alguien los corrige) que haciéndose el loco o tapando los huecos con flores (si todo está tan bien, ¿para qué cambiar?).

Los roles en la sociedad

Pero hay quienes sostienen como Carmen que los criticones deberían más bien hacer algo constructivo y “denunciar formalmente” ante las autoridades o proponer opciones. Sin embargo esa no es la labor del ciudadano de a pie. Es decir, chévere si lo hace, sería lo ideal, pero no es la función que se espera que cumpla. Para eso están otros como los periodistas, que se nutren de lo que dice y opina la gente del común en la calle o en sus blogs para identificar una historia, confrontar a sus protagonistas y hacerles seguimiento a sus actuaciones con muchas mejores herramientas y criterio que el ciudadano del común (se supone). Recordemos que más de una vez han sido los escándalos que destapa la prensa los que estimulan las investigaciones de los organismos que se supone ya deberían estar haciendo ese trabajo como la Fiscalía, la DIJIN o el DAS. Y sin embargo, no falta el que dice que los periodistas no deberían meterse en eso porque entorpecen las investigaciones de los profesionales, quienes a su vez tienen mejores herramientas y criterio para identificar y procesar el material probatorio que un periodista (se supone).
          Por otra parte, que un funcionario público o privado cometa un delito denunciable ante las autoridades no es la única razón para quejarse. Cuando un funcionario hace algo por lo cual sus representados le perdemos la confianza tenemos todo el derecho a quejarnos y a presionar para que sea cambiado por otro más idóneo. Como pasa cada año con el técnico de la Selección de Fútbol de mayores, como pasó con el Gobernador de New York o como debió pasar con Ernesto Samper por cuenta del proceso 8000. Si la gente no se queja, ¿cómo van a saber los políticos qué decisiones quieren sus representados que se tomen? Un ejemplo perfecto es el de los representantes en la Comisión Primera de la Cámara Miriam Paredes de Putumayo y Orlando Guerra de Nariño, quienes no votaron la Reelección de Uribe ante la presión de los ciudadanos de sus departamentos que están putos por la forma como el Presidente manejó la crisis de las pirámides.
          De otro lado, es importante que la gente se queje de lo que piensa está mal como una forma de contrarrestar la propaganda oficial. Si yo no escucho a la gente quejarse del mal gobierno, pues entonces yo tiendo a creer que estoy mal si soy el único que opina de esa forma, más aun cuando el mal gobernante invierte grandes sumas de dinero en promover su buena imagen en lugar de hacerlo en el bienestar de sus gobernados, o por lo menos en cumplir lo que prometió para salir elegido. Entre más gente esté hablando de un problema o de un escándalo, más difícil es que lo tapen quienes tienen interés en mantener la situación igual y es más probable que se hagan cambios para que el problema se resuelva. Ese es el gran aporte del criticón.

Críticos o criticones

Obviamente yo prefiero que haya observadores críticos que criticones. La diferencia radica en que un crítico elogia lo bueno que ve y denuncia lo malo y lo feo que encuentra, con argumentos que sustenten su posición y enriquezcan el criterio de sus conciudadanos para formarse su propia opinión; al criticón todo le parece malo y porque sí. Pero así como no todos los habitantes del país estamos llamados a ser políticos, periodistas, o tan siquiera ciudadanos que realmente practican el ejercicio de la democracia participativa, tampoco podemos pedir que todos los criticones sean críticos.
          Si en serio consideramos importante que hayan más políticos honestos, periodistas comprometidos con la verdad, ciudadanos empoderados con las herramientas de la democracia y observadores críticos de la sociedad, lo mínimo que deberíamos hacer es desempeñar lo mejor posible el rol que escojamos cumplir en la sociedad. Y para ser lo más consistente posible con las palabras de Gandhi (“debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”), he sido lo mejor observador crítico que he podido, esperando que los demás desde los roles que han escogido hagan lo suyo para que esto se componga.
          En todo caso, si tuviera que elegir entre criticón y el zombi que no dice nada por temor al qué dirán, me quedo con el criticón. ¿Y usted?

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Cómo ha cambiado diciembre

Diciembre es de esas épocas del año en las que todo se magnifica. Pero este año, además ha traído cosas que me tomaron por sorpresa.
          Por ejemplo, es usual que en diciembre las impulsadoras se multipliquen, pero esta vez hasta trajeron refuerzos. A ver me explico: siempre me han causado profundo desasosiego las impulsadoras que lo abordan a uno en los supermercados, por lo cual trato de ubicar visualmente desde el pasillo lo que necesito para después llegar velozmente hasta la góndola, agarrar el  producto sin hacer contacto visual y salir rapidito hacia el pasillo del otro lado antes de que tengan oportunidad de decirme algo. Con el tiempo he logrado desarrollar una habilidad de “entrada, extracción y salida” con tal precisión quirúrgica que hasta envidiarían los rescatistas de la Operación Jaque... pero en diciembre no es suficiente.
          El sábado estaba tranquilamente haciendo cola para pagar en un supermercado, creyéndome ya a salvo de las impulsadoras que había logrado esquivar cual comando israelí, cuando un “Jo, jo, jo, joooo” gritado casi en mi oído por poco me hace dar un ataque. Lo que yo había creído un maniquí, resultó ser un tipo disfrazado de papá Noel, que me pareció todavía más siniestro que los payasos de porcelana o los tipos que se disfrazan de Barney en las fiestas infantiles.
          Las sorpresas siguieron a la salida del supermercado: la verdad no me esperaba tanta gente comprando después de los oscuros pronósticos de CNN y Fenalco. Pero después de la caída de Wall Street y el desplome de las pirámides la mayoría de la gente siguió comprando como si nada, para gran alivio de los atracadores que estaban temiendo que les iba a tocar trabajar como a todos los demás para poder subsistir.
          Caminando por el barrio, encontré fachadas tan recargadas de adornos luminosos que preferí caminar por la calle y no por el andén por miedo a que me cayera encima un reno gigante de fibra óptica. Además yo sospecho que Emcali no genera tanta potencia como para mantener iluminados los zoológicos enteros que vi encima de algunas casas y sus respectivos antejardines… ¿quién quita que estén usando una planta propia y que esa vaina explote si por accidente le cae encima un chorro de aceite destinado a la fritanga?
          Llegando a mi casa, esperaba encontrar el habitual bullicio de música de carrilera, salsa y reggaetón mezclado con villancicos, pero me topé con la sorpresa de un potente equipo de sonido amplificando a grito herido ese tristísimo villancico que dice “Mamá, dónde están los juguetes”, conducta que debería estar tipificada en el código penal como no excarcelable. Hay villancicos para todos los gustos muy bonitos, alegres, enternecedores, etc. pero ¿a quién demonios se le ocurre poner a todo volumen semejante invitación al suicidio?
          Pero bueno, también hubo sorpresas chéveres. Me gané el concurso de aguinaldo de La Mariposa en una reñida competencia donde debo agradecerle a una enorme chiripa haber salido elegido. Además mi mamá me regaló una camisa (la sorpresa está en que me encantó aunque la compró a gusto de ella) y me las arreglé para que el Darth Zokete me hiciera el favor de traer de Buenos Aires el último libro de Macanudo de Liniers.
          Aunque la mejor sorpresa fue que tanta gente querida haya venido a pasar navidad acá, especialmente mi hermana que se pegó tremendo viaje desde Sao Paulo. Que la gente todavía haga esos esfuerzos son la mejor sorpresa de esta época, pero tengo que reconocer que al ingenio de mi primo para los regalos no le gana nadie.

sábado, 15 de noviembre de 2008

¿Blogs periodísticos? ¡Qué contradicción!

Miando fuera’el tiesto

Supongamos que hay un niño que no responde preguntas y se consulta a tres expertos para que lancen hipótesis sobre por qué no lo hace. Seguramente pasaría algo como esto: un otorrino dirá que tiene problemas auditivos, un neurocientífico dirá que tiene un trastorno cognoscitivo y un psicólogo dirá que tiene problemas con la autoridad y por eso no le da la gana de responder. Posiblemente el niño simplemente hable otro idioma y no entiende lo que le están preguntando, pero el punto es que cada experto verá el problema desde la óptica de su disciplina sin que necesariamente llegue a comprenderlo correctamente. Otra historia sería si cada uno de los expertos tiene la oportunidad de examinar al niño y hacerle pruebas, porque al menos de esta forma podrán descartar que el problema esté dentro de su especialidad y lo remitan a otro experto hasta que alguno le pegue (al problema, no al niño). Siguiendo este mismo ejemplo, creo que para entender un fenómeno hace falta hacer parte de él, untarse.
          Por eso me pareció interesante que en su blog Gustavo Vargas hiciera una recopilación de las opiniones de diversos académicos sobre los blogs como alternativa periodística. Chévere como referencia y punto de partida, pero me hubiera gustado conocer además qué piensa un periodista que haga el ejercicio juicioso de habitar la blogósfera.
          En mi opinión, los blogs son un fenómeno completamente aparte del periodismo, ya que la inmensa mayoría de los contenidos que hay en la blogósfera no son periodísticos. Por eso choca un poco que hagan lo que haría un abogado acostumbrado a escribir minutas a máquina y que de repente se la cambien por un computador: usarlo solamente para seguir escribiendo minutas, pero ahora con la opción de editar antes de imprimir. En el caso de la blogósfera, tal vez muchos periodistas se vean atraídos porque pueden saltarse una parte del proceso periodístico, lo cual les da la velocidad, oportunidad y autonomía que no tienen en un medio tradicional.

Los expertos no usan recetas

Hay periodistas tradicionales que dirán que el proceso periodístico es el que de alguna forma garantiza la calidad del producto final. Pero yo creo que el papel del proceso está un poco sobrevalorado. Como solía decirme un consultor que también es bloguerodesde que aprendí a cocinar, no volví a seguir recetas”. Las recetas están hechas para que CUALQUIERA pueda obtener un resultado aceptable, pero NINGUNA receta le va dar el mismo resultado que obtendría un chef experto. Claro, habrá quienes encuentren reconfortante entrar a un McDonalds en Corea o en Bangladesh donde la comida local puede ser demasiado exótica o por debajo de los estándares sanitarios a los que están acostumbrados: uno sabe que se va a comer un pedazo de cartón, pero también que el proceso estandarizado garantiza que va a ser exactamente el mismo pedazo de cartón que encuentra en París, New York o Bogotá.
          El experto puede darse el lujo de experimentar constantemente para estudiar la reacción de su público y hacer rápidamente ajustes que los satisfagan. Esto también implica que su audiencia nunca va a ser tan grande como la de un medio masivo que maneje contenidos estandarizados, tanto en qué dicen como en cómo lo cuentan. Pero yo creo que una vez ese público selecto encuentra un experto que les guste, habrán dado con alguien que los satisfaga más que el principiante que se ampara en un proceso, al cual seguramente recurrirán de vez en cuando. Claro, por cada blog “bueno” donde se exprese un experto habrá cien que son basura, pero en la medida en que la gente no vuelva ni recomiende esos blogs por malos no serán visibles y desaparecerán.

Del medio tradicional al blog

Por otro lado, el medio masivo le apostará a los formatos y contenidos que sean atractivos para la mayor cantidad posible de público, mientras que la fuerza de los blogs está en ser devotos de formatos y contenidos que sean muy atractivos para unos cuantos fanáticos. Pero dado que la dispersión geográfica de ese público es irrelevante gracias a Internet, pues esos cuantos fanáticos no tienen por qué ser poquitos: de 10 en 10 en cada país que hable la lengua del que escribe, se va formando una audiencia que ya quisieran algunos canales de televisión y periódicos regionales.
el clavo en radio          Y por último, un blog personal o colectivo se mantiene simplemente porque al autor le nace. En cambio el periodista en un medio tradicional vive de su trabajo como redactor. Por eso está sujeto a no hablar mal de los anunciantes o de fenómenos que indirectamente son propiciados por quienes pagan su sueldo con la pauta. Y ni hablemos de política, porque aparte de Daniel Coronell y Félix De Bedout es más bien raro encontrar periodistas que se arriesguen a cuestionar de frente a los políticos y gobernantes porque son los amigos de sus empleadores. En cambio en la blogósfera es más bien común que la gente se exprese sobre los actores que afectan su vida cotidiana, ya se trate de gobernantes o empresarios. Y obvio que van a haber quienes den rienda suelta a especulaciones sesgadas sin ningún fundamento (quienes serán abandonados por quienes prefieran un ‘opinador’ que tenga cómo sustentar sus posiciones), pero incluso estos le darán gusto a quienes buscan otros que tengan las mismas posiciones subjetivas y sin fundamento para ‘darse pedal’ entre ellos.

Conclusión

En la medida en que la mayoría de los blogs no siguen un estricto proceso periodístico no puede decirse que estén haciendo periodismo. Están haciendo otra cosa, tal vez más interesante, pero no periodismo. Pero al no estar sujetos a sus mismas restricciones inherentes al periodismo, permiten que salgan a la luz innumerables mutaciones, muchísimas malas, pero también algunas interesantes. Y sólo por la posibilidad de encontrar esas mutaciones interesantes es que me parece que en la blogósfera vale la pena meter el pie, o por qué no, sumergirse.

domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Dónde se metieron las mujeres en Cali?

El juego de las sillas

Hay una dinámica que hace parte del arsenal de toda psicóloga organizacional, y es el juego de las sillas. Se trata de juntar ‘n’ personas y ponerlas a dar vueltas alrededor de ‘n-1’ sillas al son de la música. En cuanto para la música, los participantes hacen lo que sea por apoderarse de una de las sillas. Quien no logre sentarse sale del juego, el cual vuelve a empezar con una silla menos hasta que queda sólo un participante: el ganador del juego.
          Durante muchos años yo sentí que en esto de las relaciones estaba jugando un juego muy similar al de las sillas, donde los que iban saliendo eran los amigos y amigas que se iban casando. Y sentía que iba ganando. Pero ahora que corro el riesgo de “ganar” el juego (porque hasta el impredecible de Porras se va a pegar el viaje hasta Xalapa a casarse) me doy cuenta de que parezco ser el único que está todavía jugándolo.
          A veces me pregunto ¿dónde demonios se metieron las mujeres en esta ciudad? Pero bueno, tal vez no estoy siendo lo suficientemente específico. Dado que hace muchos años no salgo con ninguna mujer mayor de 25 años (de hecho parece que todas las mujeres en Cali tuvieran 25 años), la verdadera pregunta sería ¿dónde demonios se metieron las mujeres de entre 26 y 32 años, profesionales, “bonitas” e “interesantes”? ¿Y solteras? Y sé que existen porque conozco por lo menos una (que no me pare bolas ya es otro problema distinto).


El juego de las cifras

Vamos por partes. Según la proyección del Dane para la población de Cali en 2009, seremos 2’158.107 habitantes, de los cuales 51.2% son mujeres. Eso nos deja que hay aproximadamente 1’104.000 en Cali. Como no es tan fácil determinar cuántas de ellas son mayores de 25 años, podríamos aventurar que son aquellas que alcanzaron un título profesional. Teniendo como base el censo del 2005 podemos extrapolar que los niveles de escolaridad actuales son más o menos así:










Nivel máximo de escolaridad alcanzado
10,5%
37,2%
31,7%
12,3%
7%
1,3%
ninguna
hasta completar primaria
hasta completar bachillerato
hasta tecnólogo
hasta profesional
hasta posgrado

Juntando a profesionales con las magísteres y doctores, tenemos el 8,3% de la población (con razón dicen que somos privilegiados). Coincidencialmente, casi la totalidad de la gente que yo personalmente encuentro interesante es también profesional y está optando por algún tipo de título de posgrado, con lo que muy chambonamente podría estar satisfaciendo también el criterio de “interesante”. Sin embargo hay un problema: durante muchos años las mujeres fueron la minoría en las universidades. Pero como ahora en casi todas las carreras las mujeres son mayoría y en los últimos años ha habido un aumento sustancial de la población, creo que se emparejan las cifras. Por eso me atrevo a especular que más o menos el número de mujeres profesionales (y por lo tanto mayores de 25 años e “interesantes”) son ese mismo 8,3% del 51.2% de la población, es decir 91.700.
          Ahora toca definir cuántas de ellas siguen solteras, es decir que no se han casado ni tienen una relación estable. Arbitrariamente podría decir que una de cada 20 mujeres es soltera (5%), lo que nos deja con una interesante cifra de 4585.
          Queda el reto de filtrar por el criterio de las “bonitas”. Aquí la vaina es bien subjetiva, pero tratando de definir lo que para mí significa “bonita” podría decir más bien “razonablemente atractiva” que se trata de que no sea ni muy gorda ni muy flaca, ni muy alta ni muy chaparrita, ni muy plana ni muy operada, ni con la cara de Carolina Cruz pero tampoco con la de Teresa Gutiérrez. Asumiendo que la mayoría de las bonitas están en el grupo de las casadas o en relación estable, muy arbitrariamente podemos aventurar que hay un 10% que siguen solteras por decisión personal o porque son bonitas que están en estado de transición (es decir, que acaban de salir de una relación estable pero no descartan volverse a involucrar sentimentalmente en el corto/mediano plazo). Eso nos deja con el 10% de 4585, es decir 458, el 0,021% de la población de Cali.
          Ahora falta ver a cuántas de ellas conozco. Aplicando la proporción de mujeres profesionales a mis contactos de facebook, el 4,2% de 393 da 16. Esto significa que de las 458 habría en teoría 441 mujeres profesionales, mayores de 25 años, razonablemente atractivas y solteras en Cali que todavía no conozco. ¿Entonces dónde se metieron?


Las hipótesis

La primera hipótesis es que en la universidad hay muchísima visibilidad que se pierde cuando uno se gradúa. Desde el colegio uno anda con sus compañeros de clase y sus amigas son una que otra vecina más las compañeras de la hermana que estudia en otro grado o incluso en otro colegio. La cosa cambia cuando uno llega a la universidad, donde se conoce gente de todos los colegios y se revuelven todos con todas (por eso parece que todas las mujeres en Cali tuvieran 25 años). Pero cuando uno sale a trabajar, vuelve y se encierra en el reducido círculo de los compañeros de trabajo que todavía no se han casado.
          La otra es que uno en la universidad es más bien fresco y se apunta a cualquier plan, lo cual cambia cuando se empieza a trabajar. Por eso varias amigas decían que el novio ideal en la universidad es un estudiante de Biología, ya que son los duros para los paseos y las salidas de campo al Pacífico, avistamientos de ballenas, conseguirse permisos para ir a la Ensenada de Utría, etc. Sin embargo, el novio biólogo se va volviendo un encarte cuando vive con lo del bus (si es que encuentra trabajo en su área después de graduarse) mientras que la novia ya empieza a ganar un buen sueldo y a armar con sus compañeros de trabajo planes en México, Europa o por lo menos Cartagena. Entonces sospecho que después de mi espectacular quiebra en 2005 ya no volví tener acceso a esos planes que sólo pueden pagar los profesionales de mi edad. Por eso aunque existan, ya no las encuentro en los sitios a los que suelo ir (y que puedo costear).
          ¿Alguna otra hipótesis?


Datos del DANE sobre la población soltera en Bogotá del censo 2005