lunes, 9 de marzo de 2009

Hombres en el día de la mujer

Una de las cosas que más me gustan del Día Internacional de la Mujer es poder llamar a mis amigos hombres y desearles feliz día. El destemplado madrazo que se escucha del otro lado de la línea y la satisfacción del Topo Gigio (“¡Lo dije yo primeeero, lo dije yo primeeeero!”) son suficiente aliciente para intentarlo con otro y con otro después de él. El juego consiste en hacérsela a tantos como sea posible antes de que alguno de ellos lo haga conmigo.
          A quien este juego le pueda parecer extraño, basta recordarle cómo se crea la identidad masculina. Al menos en el colegio donde yo pasé mis doce años de prisión, (léase primaria y bachillerato) ciertamente nos motivaban a seguir roles masculinos como nuestros padres y profesores hombres (“ser hombre consiste en ser como los demás hombres”). Sin embargo, el 98% de las ocasiones restantes donde construimos nuestra identidad eran juegos donde cualquier excusa valía para decirles a nuestros compañeros que parecían niñas, merecidamente o no (“ser hombre consiste en no ser como las mujeres”).
          Pero este complicado proceso tiene dos problemas. El primero es que ya no es tan claro cómo son los demás hombres, ya que lo que la gente percibe acerca de cómo sería deseable que luciera y se comportara un hombre está muy influenciado por lo que opinan las mujeres. Efectivamente, en la publicidad y las películas se ve consistentemente a tipos que parecen clones del flaquísimo y depiladísimo Ken con el que jugaban hace 20 años las mujeres de ahora.
          Y no es que esté pretendiendo que se erija a Homero Simpson como ideal de belleza masculina, pero sí me parece más lógico que se nos juzgue a los hombres teniendo en cuenta toda la variedad de nuestros estilos y fenotipos y no de acuerdo con un único y homogéneo modelo. Ya les pasó a las mujeres en Cali, donde una perversa combinación de mujeres de baja autoestima y traquetos de mal gusto (con todavía más baja autoestima) impusieron el “ideal” de rubia oxigenada e hinchada a punta de implantes de silicona. De la misma forma, al que es peludo como un panadero griego no le deberían restregar en cara el comercial de cuchillas de afeitar donde el modelo se afeita el pecho (a menos, claro está, que tenga por costumbre dejar un rastro de pelos en la ducha y en la cama como un perro pastor alemán), o exigir al robustico pero sano que desarrolle los abdominales de un modelo de Calvin Klein, o esperar que un negros luzca tan pálido como el vampiro de Crepúsculo.   
          El otro problema con la identidad masculina es que las características distintivas de las mujeres han cambiado tanto y tan rápidamente que ya no basta no comportarse como ellas para identificarse como hombre. Ahora hay mineras, coronelas, juezas, cirujanas y un largo etcétera, habiendo ampliado sus horizontes laborales drásticamente. A cambio, los poquísimos valientes que desempeñen oficios tradicionalmente femeninos como profesores de preescolar, sobrecargos, modistos, enfermeros o niñeros no han conseguido ampliar nuestra área de desempeño. Y para completar, el último bastión de la ropa masculina, Arturo Calle, también ha sido infiltrado por manos femeninas. Ahora las camisas tienen unos botones pequeñitos, no traen bolsillo y están entalladas en la espalda de una forma que las hace imposibles de planchar, justamente como una blusa de vieja. Si yo quisiera una camisa pegada y sin bolsillo, usaría una camiseta, ¿no creen? ¿Ahora dónde vamos a guardar las gafas de sol o el pasabordo en el aeropuerto?  
          En fin. Si el Día Internacional de la Mujer se creó para llamar la atención sobre esa parte de la población que había sido vulnerada durante tanto tiempo, creo que los hombres no estamos tan lejos de merecernos nuestro día. Así que como población vulnerada, creo que hasta podríamos considerarnos mujeres honorarias y pedir en este día que se reflexione sobre nuestros derechos y la forma como se percibe nuestra identidad.
          ¿Ven ahora porqué no es tan extraño que felicite a mis amigos hombres en el Día Internacional de la Mujer?

10 comentarios:

noduermasmas dijo...

pos... si, habrá que ver cuando se da ese día.

MAREÑA dijo...

ese día...no es todos los días?

El Marqués de Carabás dijo...

Es cierto: para ellas es siempre, pero pocas lo reclaman así y una cantidad de hombres, muchísima menor que esas pocas, lo reconocemos.

Por eso, se nota demasiado forzado ver ese día hombres "promedio" con una rosa en la mano... La intención es lo que cuenta, supongo.

Y sí, Homero es un buen referente: ¿no ama a su esposa y es amado igualmente por ella? ¿Qué más podríamos desear hombres y mujeres?

Susana dijo...

Los hombres (no solo los traquetos...) tienen niveles de belleza femenino dificil de alcanzar y mantener por nosotras... asi que ahora las muñecas quieren muñecos!
y que conste que nosotras no fuimos las que comenzamos a exigir, nosotras si sabemos que Ken es un simple muñeco... fueron los gays que trajeron toda esa preocupacion por lucir bellos y el resto de los masculinos les dio envidia y comenzaron a volverse metrosexuales!
asi que no nos hechen la culpa a nosotras porque por decadas los hemos aceptado calvos, gordos, viejos, impotentes... pero sin plata no! jajaja....

Carmen Posada dijo...

No se, a mí como que no me toca mucho tu artículo.
Pasa que a mí no me gustan los tipos bonitos, ni los jovencitos metrosexuales, ni los mancitos de gimnasio que hacen sentadillas durante años para que les salgan nalgas. De hecho a mí me gustan los feos. Y me gustan más los feos que encima tienen mentalidad de niñas. Mi novio por ejemplo es un tipo re tierno, re detallista, re lindo por dentro y no es para nada feo aunque no tenga nalgas ni se la pase mirándose a un espejo. Lava, plancha, cocina y no conoce el machismo ni en el forro. Le gustan las pelis románticas, se demora más que cualquier mujer escogiendo una camisa o un par de zapatos en un centro comercial. Y ése fue el que me hizo click y me cambió el chip de viuda negra que traía con el lastre de historias pasadas.

Pero si hago un recuento de los últimos tipos que me han movido el piso tendría que reconocer que lo más cerca de un Ken que estuve fue con el que se me quedó con el Apto de Bogotá y cuyo nombre prefiero no recordar. También me movió el piso un vejete de sesentipico de años y de Ken lo único que tenía era los ojos verdes.

Por eso tu artículo no me llega en lo más mínimo, aunque debo reconocer que yo no soy precisamente una barbie con el cerebro lleno de telarañas que sólamente se fija en el largo y el grueso: el largo del auto y el grueso de la billetera.

Ahora bien, la propuesta de que exista un día para celebrarle a los hombres... ya la tienen, lo que pasa es que no es comercial, de hecho tienen dos días del año que les celebramos: El 19 de marzo que es el día de San José y por tanto se celebra el día del esposo (léase esposo, novio, amante, tinieblo o cualquiera que cumpla con los deberes conyugales con o sin la bendición de un cura o la firma de un notario) y el 31 de octubre que aunque digan que es el día de las brujas, para mí siempre será el día de los niños-niños, y si lo analizamos con cabeza fría, ustedes una vez se casan o se van a vivir con la novia, se convierten en el niño de la casa: caprichoso, consentido, rebelde sin causa y pretendiendo que nosotras hagamos las veces de madre hasta pa darles teta!

¿Conforme?

Johanna Perez Vasquez dijo...

Este artículo muestra tu admiración por el pensamiento de Florence Thomas, recuerdo que ella critica la lenta evolución de los hombres en cuanto a su identidad, eso los tiene súper perdidos en la vida y el mundo, pero vamos bien cuando hombres como tú se cuestionan al respecto.

Andrés Meza Escallón dijo...

Ya hay también día del Hombre, el 19 de noviembre .

Anónimo dijo...

DI-VI-NO!!

Anónimo dijo...

Muy buena terapia la de felicitar a los amigos por el Día de la mujer, me imagino las reacciones.
Está bien que se creó el este día como reconocimiento pero lamentablemente se ha ido modificando el significado y ahora es todo un referente comercial, me veo y veo que nosotras las mujeres hemos sido convertidas en referentes comerciales.

Un abrazo desde mi alma femenina!

Ana Maria Vallejo dijo...

Curiosamente escribi esto en estos días. http://handycampura.blogspot.com/2009/03/una-mujer-que-escribe-sobre-las.html
Había olvidado que ademas este mes pasado se celebraba el dia de la mujer porque aunque se en en el fondo es un dia importante... pues a mi no me importa si no me dicen feliz dia y si no me traen un girasol que se va a morir mientras lo pongo en agua.
Recordare el 19 de noviembre.

Un saludo