Cuando los envidiosos no hacían otra cosa que ponerse verdes de la rabia ante la postulación al Nobel de Paz para Ingrid Betancourt en lugar de acordarse de los secuestrados que siguen pudriéndose en la selva, llegó la noticia de que el ex senador Oscar Tulio Lizcano se le voló a las Farc.
Me encanta que este ex secuestrado haya escapado junto con uno de sus captores de las garras de la guerrilla. Obviamente me alegra por él y por su familia porque ya su salud estaba tan golpeada que quién sabe cuánto más hubiera sobrevivido en esas difíciles condiciones. Pero también es interesante la experiencia de Lizcano porque se convierte en un símbolo de resistencia ante la terquedad de las Farc, que quieren imponer su voluntad por encima de cuanta manifestación, marcha y señal de repudio hacemos los ciudadanos (no todos los que tiene cédula, pero sí la mayoría de los que vivimos en las ciudades y tenemos facebook).
Los símbolos como éste son importantes porque llaman la atención del público sobre la situación del protagonista de la noticia. Si uno se pone a ver, Nelson Mandela no es que hubiera hecho mucho fuera de vivir alojado con todos los gastos pagos durante años en una cárcel Sudafricana. Rigoberta Menchú no logró ningún acuerdo de paz ni detuvo el genocidio del que era víctima la población vulnerable de Centroamérica. Y ni hablar de Al Gore, que no ha bajado ni un grado el calentamiento global ni disminuido ni un gramo la producción de CO2. Y sin embargo les dieron el Premio Nobel de Paz. ¿Por qué? Pues porque darles ese galardón equivale a visibilizar el problema tan tenaz contra el que están luchando los homenajeados, hacer que la gente se interese por el tema y se pregunte por qué ocurre y qué pueden hacer para ayudar a solucionarlo.
Por eso no sé si reír o llorar por la alegría de mis compatriotas cuando se supo que el Nobel de Paz no se lo iban a dar a Ingrid sino a Martti Ahtisaari. Sin duda Ingrid como cualquier persona junto con sus virtudes tiene también muchos defectos. Sin embargo, sospecho que el único defecto que no le perdonan es que siendo ella tan hábil para manejar las relaciones públicas internacionales, no demuestre un fanatismo ciego hacia Uribe que le ayude a mejorar su imagen en Europa (la de él). Claro, como a nadie con medio dedo de frente se le ocurriría postular a Uribe para el Nobel de Paz, les hubiera parecido el colmo que se lo dieran a Ingrid, que porque “ella no ha hecho nada por la paz”.
¿Y? Yo prefiero que a través de reconocimientos como el del Nobel o el del Premio Príncipe de Asturias a la Concordia se haga visible la situación por la que pasó la ex candidata presidencial y la de miles de compatriotas que siguen presos en el monte (tanto los secuestrados como los guerrilleros rasos que preferirían desertar). Y que yo sepa, es la única que en los foros sobre terrorismo como el de la ONU ha hablado con sensatez al pedir que se incluya el diálogo en la estrategia para luchar contra el terrorismo. Y también le ha recordado al mundo que los secuestrados son más que excusas para que Juan Manuel Santos salga en la foto y que los secuestradores son, más que unos hijueputas terroristas irracionales, seres humanos que en su retorcida lógica creen estar haciendo lo correcto. “It is most important to stress that, when we talk about victims of terrorism, we’re talking about human suffering. We are not statistics, we are not numbers, we are people who suffer” dijo Ingrid Betancourt ante la ONU en septiembre de 2008.
Así que entre que le den premios y que no se los den (porque supuestamente “no ha hecho nada”), yo sí prefiero que se los den. A ver si así los que alimentan la guerra desde fuera se ponen a pensar en las muchas vidas que están afectando con sus acciones.
Foto REUTERS
6 comentarios:
Bueno, Lizcano no fue rescatado, ahora nos enteramos que lo que Radio Casa de Nariño llamó un rescate de las FFMM, fue una valiente huída de Lizcano de la selva, del horror de la soledad y la tortura. Qué tristeza Santos, qué afán tenía de mostrar a Lizcano ante los medios!!! El pobre hombre sólo quería ver a su familia, y lo más lógico era que lo llevaran de inmediato a un centro médico... pero no...
Me alegra tanto que Lizcano esté libre... un hombre admirable...
Si bien las noticias se reciben con alegría por saber que un ciudadano menos se encuentra privado de la libertad y en condiciones infrahumanas, hay que poner cabeza fría al sensacionalismo mediático.
Dos temas claros están tratados en este artículo: El premio como símbolo y la fuga de un secuestrado. Ligarlos es un tanto atrevido ya que la verdad sobre la operación "Jaque" no la sabemos y tal vez nunca la sepamos con certeza. La gestión de "paz" Ingrid Betancourt en Europa es un tema de relaciones internacionales, un tema netamente político. Si bien los símbolos son importantes, uno se pregunta ¿por qué al ex canciller Araújo no lo nominaron al premio Nóbel de la Paz? También estuvo secuestrado, también llegó con las huellas de la manigua dibujadas en su rostro y - a diferencia de Ingrid - llegó por sus propios medios y sin ayuda del ejército. ¿Por qué no nominaron al Policía enfermero de Ingrid que vivió 4 años más que ella ese infierno y en términos humanitarios su papel fue importantísimo al cuidar la salud de Ingrid por encima de su propio bienestar?
He sido una de las "envidiosas" que no vio con buenos ojos la petición de nominación a ése premio Nóbel. Pero la razón no es por su oposición pasiva al gobierno de Uribe (pasiva porque tampoco se la ve comprometida en la oposición), sino por la inequidad en el criterio para elegir cuál de los secuestrados liberados merece ser nominado. Eso es lo que me molesta, me incomoda y no me permite aceptar como símbolo a Ingrid Betancourt.
Con respecto a la fuga de Oscar Tulio Lizcano, coincido plenamente que de nuevo el Ministro quiso ganar indulgencias con camándula agena. Frente a los medios, Alias Isaza se presenta como un desmovilizado que llegó a esa instancia no por convicción sino por el cerco del ejército. Es decir que en caso de haber tenido alimentos y no sentirse acosado por la presión militar, no habría pensado en entregar a Lizcano como acto humanitario. En ningún momento mostró arrepentimiento por los actos violentos de las FARC y nuestro queridísimo presidente no tuvo reparo en presentarlo como Héroe Nacional, premiarlo con viaje a Francia junto a su compañera sentimental, además de una suculenta recompensa económica. Le pidió a todos los ministros presentes que se levantaran a saludar a éste Héroe que ayudó a huir a Lizcano. Si a mí me preguntan yo diría que los colombianos somos medio pendejos todos si creemos que hay que premiar a quien en un acto de desesperación traiciona a las FARC y no por la convicción de que la guerra y la violencia no son las vías para un cambio social en Colombia.
¿Y cómo va éste ex guerrillero a pensar que hizo mal y que contribuyó con un grupo terrorista por años atentando contra la población civil si lo primero que hacen es premiarlo como si fuera un ciudadano ejemplar?
El fin NO justifica los medios, pero Uribe es Uribe y a él todo se le justifica.
Te dejo por ahora. Me voy para la Manigua a buscar algún campamento donde haya un secuestrado y me lo traigo a ver si me dan todas esas prevendas que le dieron a Isaza...
¡Con lo que las estoy necesitando ahora!
Quería decir lo mismo que carmen posada, entonces para qué repetirlo, Dios mio mil millonesssss!!!!!
Eso es lo que da rabia y deja pensando...es cierto que muchas de las personas que están en las guerrillas fueron obligadas a ser parte de ellas, campesinos que no tuvieron otra opción, gente súper joven incluso niños pero debería considerarse un poco más ese rollo de las recompensas por entregar como sea a jefes guerrilleros (recordemos el caso de la mano cortada como prueba)...el mandarlo a Francia, listo se manda a Francia pero eso pocototototototon de plata???? por qué no hay toda esa cantidad para invertirla en departamentos como Chocò y aliviar un poco el tema del hambre para terminar de reconstruir los pueblos que han sido destruidos....ayyy yo no se....este tema me deprime un poco...
Don Apolo:
La verdad me este artículo me sorprende un poco, por un lado no esperaba que encontrarme esto en tu blog, segundo no estoy muy de acuerdo en lo que dices. Sin embargo, me gusta la posición que sientas, la verdad yo no lo había visto así y es una buena perspectiva, al menos creo que tus razones son muy valederas y es un buen criterio.
"Los símbolos como éste son importantes porque llaman la atención del público sobre la situación del protagonista de la noticia" y es cierto, finalmente los símbolos son eso sean cuales sean, es esa su función, para eso están, para eso los creamos, es la necesidad de tener una fé y una esperanza en algo que creemos extraordinario (lo que la palabra significa).
No estoy muy de acuerdo con el "pecado no perdonado a Íngrid", al menos no es esa mi situación, si bien es cierto que ella como todo ser ORDINARIO tiene defectos y virtudes, su mayor virtud es ser quien es, hija de sus padres y estudiada y criada en Francia y es eso lo que la hace diferente a todos los demás secuestrados, de no ser así, ¿Por qué no considerar la posibilidad de candidatizar a Clara Rojas p.e?
Eso sí, creo que la Íngrid que regresó es totalmente distinta de la Íngrid de hace 6 años, creo que fue una experiencia muy dura y que le cambió la vida, posiblemente ahora sea más sensata o más humana no lo sé, pero sí se dio un cambio.
Y pues me gusta el final "Así que entre que le den premios y que no se los den yo sí prefiero que se los den" suena optimista aunque un poco conformista, como dicen por ahí: malo conocido que bueno por conocer.
Un abrazo don Apolo, buen artículo
Ese premio de la paz, debería de ser como el voto en blanco. Vacio... por que por lo que veo pareciera que los seres humanos en nuestra condición no nacimos para buscar la paz y la armonia, sino que tratamos de buscar por todos lados lo contrario. Coincido en el sentimiento del anonimo, y con la postura de carmen.
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